No es no
No es no
No es no
No es no
No es no
No es no
No es no
No es no
No es no
No es no
No es no
… y sí.
No es no
No es no
No es no
No es no
No es no
No es no
No es no
No es no
No es no
No es no
No es no
… y sí.
Busco entre la gente
porque sé que existe hoy
la posible esperanza
de un casual encuentro entre tú y yo.
Cuántas veces en mi mente
nuestro encuentro idealicé
planeando cada movimiento
y ensayando lo que te diré.
Que gran delirio
cuando a lo lejos te divisé
y no pude evitar sentir
un pulsada dolorosa
y magnificamente esplendorosa
muy dentro de mi ser.
Olvidé lo planeado
y sólo pensé
en que te acercaras
y también me voltearas a ver.
Pero después de mis nerviosas
y poco efectivas tacticas de mujer
con dolor vi que partías
divergente de mi prometer.
No sé si desperté de un sueño
o sólo caí en la realidad
cuando en mis suposiciones
a tu indiferencia di lugar.
Así que al final te agradezco
por hacerme soñar,
soñar sueños lejanos
que ojalá algún día
hagamos realidad.
Paulina Vargas.
Manos de tierra
cara de piedra
ojos canela
y puños metal.
Corazón de oro
cabellos de noche
alma de amigo
y sangre ancestral.
Subes a la pirámide
el día que la tormenta se anunció
y te fundes con las gotas de lluvia
para ocultar tus lágrimas de dolor.
Paulina Vargas.
Quiero vivir mi vida como la sal.
La sal que enaltece los sabores
de la vida al paladar.
Que da lugar a
una explosión de sensaciones,
todas en un mismo lugar.
La sal que se aferra
a saciarse de agua
como yo me aferro
a saciarme de vivir.
La sal como un cristal,
igua que un diamante pulido
cual tesoro que brillará.
La sal que conserva lo bueno
y protege de la humedad.
Así mismo, solamente
lo bueno quiero conservar.
Paulina Vargas.
Seamos enamorados
seamos raros
seamos felices
que locos ya estamos.
Dudemos del mundo
dudemos del si
dudemos del no
pero nunca dudemos del tú y el yo.
Bailemos sin ritmo
cantemos sin melodía
lloremos por cursilerías
y no por tonterías.
Que se burlen algunos
que se avergüencen otros tantos
y ojalá algún día
nos imiten unos cuantos.
Paulina Vargas.
Mi nuevo yo.
Sentir el corazón latiendo
emocionado por iniciar
una vida nueva
lejos del hogar.
Peinar el pelo, pintar los labios
verte al espejo y suspirar
por verte tan hermosa
y en blanco resaltar.
Ver al novio a lo lejos
tan galante y tan sereno
que parece no temblar
esperando tomar tu mano
y por siempre caminar.
Sellar todo con un beso
tan especial
que fusiona sus almas
y da esperanza
a todos los demás.
Que no te importe
el “qué dirán”
pues parece que hoy en día
resulta más arriesgado
hacer algo tradicional.
Paulina Vargas.
Es ya muy noche y el establecimiento
está a punto de cerrar.
me avergüenzan mis nervios
y estoy emocionado por iniciar.
Tumbado boca ariba
escucho una inusual mezcla musical
y pienso que preferiría
musica instrumental.
Paree un capricho que tenga que pagar
quiero merecerlo y no arrebatarlo
y quiero que su delicadeza
provenga de una vocación real
y no del billete que debo depositar.
Cada movimiento que ella ejecuta
me hace viajar
entre sensaciones
de alivio y bienestar.
Y sí, mi querido cómplice lector,
quería que dudaras,
porque yo también dudé,
si mi encuentro fue sexual
o un insignificante
masaje corporal.
Pero, ¿qué mas da,
si la experiencia fue carnal
o sensorial,
cuando lo que alcanzamos
fue una conexión espiritual?.
Paulina Vargas.
Retoños rosas
que flotan sobre mí
en tonos cereza
y olor a jasmín.
Corto una, corto otra
y me estiro para alcanzar
un trío de flores rosadas
que imagino
te van a encantar.
Cuando alcanzo
muy arriba
la más hermosa
y puedo percibir
que un puñado
de polvo de estrellas
es lo que tengo aquí.
Paulina Vargas.
Mi mundo. Mi día. Mi conocido.
Mi estabilidad. Mi bienestar.
Mi igual. Mi movimiento.
Mi duda. Mi tambaleo.
Mi caída. Mi salto.
Mi sacudida. Mi mareo.
Mi incertidumbre. Mi miedo.
Mi terremoto. Mi crujido.
Mi derrumbe. Mi impresión.
Mi terror. Mi angustia.
Mi alivio. Mi luto.
Mi tristeza. Mi trauma.
Mi culpa. Mi mirada.
Mi ilusión. Mi esperanza.
Mi soporte. Mi sustento.
Mi valor. Mi desnudez.
Mi ser. Mi alma.
Mi anhelo. Mi victoria.
Mi descubrimiento. Mi tesoro.
Mi desentierro. Mi nacimiento.
Mi nuevo yo.
Quiero jugar,
quiero reír
pero lo que más quiero
es hacerte feliz.
A veces me enojo
y sólo sé llorar,
pero seguro estoy
que no quiero hacerte enojar.
Me olvido de tus consejos
y de nuevo
me pongo
a explorar.
Entiendo que hice algo malo
cuando te pones a gritar.
Lo que realmente quiero
es invitarte a jugar.
Tu me tratas como adulto
y me empujas a crecer.
Pero creo que tu me entiendes
porque tú jugaste alguna vez.
Así que no me apures
disfrutarme así,
antes de que conteste:
“Yo, ya crecí”.
Mejor toma mi manita
y vamos a correr.
Que no digan que
estoy agrandado.
Prefiero suponer,
que lo que dicen con envidia
es que tú
volviste a nacer.
Que te comportas cómo un pequeñín
y que conmigo
disfrutas la vida
sin fin.