Los Elementos de un Jardín Japonés
Hace unos años trabajé para una empresa de Barcelona llamada Simbiotia que hace jardines terapeúticos y escribí varios posts dedicados a diferentes tiposd e jardines. Recordándo esa etapa te dejo el escrito del jardín japonés y espero que te enamore tanto que quieras visititar uno al menos en tu mente.
El césped está cortado con un precisón lujosa, de un color verde vibrante con tonos de amarillo. Los árboles se estiran queriendo tocarse uno con otro. El pequeño lago está tan sereno que parece un espejo; brillante y majestuoso. A un lado suena una fuente que deja caer gota por gota desde un bambú que dibuja una línea horizontal. A lo lejos veo un puente que atraviesa el pequeño lago para legar a la Casa de Té que me transmite su presencia sagrada desde lejos. Las rocas a mi alrededor se sienten como personas que observan junto a mí ese cuadro natural. Eso es un jardín japonés.
En los jardines japoneses hay secretos que están a la vista y que cada espectador interpreta e interioriza para su bienestar. Los tres elementos básicos de un ajrdín japones son: agua, rocas y plantas, cada uno tiene una fuerte carga simbólica que en el mundo del inconsciente nos ayuda a acomodar, regenerar y complacer a nuestro ser.
Rocas: Representan la fuerza y estabilidad. Las rocas deben presentarse al natural y su localización en el jardín tiene una importancia igual al de la misma roca. Representan también las montañas.
Agua: Este elemento es común en todas las religiones como elemento purificador. En el jardín japonés simboliza la vida, evoca la reflexión y canaliza hacia un estado meditativo. En algunos casos el agua misma está representada por grava fina como el elemento de quietud y serenidad.
Plantas: Representan el tiempo. Nos conscientizan del paso del tiempo mediante los colores y las diferentes características de las estaciones, haciendo alusión a los cambios del cuerpo.
Existen más elementos como las islas, puentes, linternas, Pabellones de Té y muchos más. Uno de los objetivos de un jardín japonés es recordarnos nuestro vínculo con la naturaleza y orientarnos hacia nuestro propio camino.
La sutileza con la que los japoneses interpretan la naturaleza para crear ambientes donde los sentidos se restauren es algo que debemos heredar de éste arte milenario.
¡Sayonara!
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